
Un buen cepillo dental es fundamental para tener una buena salud bucal. Además, el reemplazo de este es fundamental para así evitar que las cerdas se deterioren y su eficacia se vea disminuida.
Lo ideal es que el cepillo sea pequeño para así poder llegar a todas las zonas de la boca. De esta manera se podrán limpiar los molares posteriores sin ningún tipo de problema. Además, es recomendable que las cerdas sean de nailon y de dureza intermedia para no dañar las encías.
En cuanto al tipo de mango del cepillo (anti-deslizante o de cuello flexible), la forma de la cabeza (cónica o rectangular) y el modelo de los filamentos (ondulados, planos, recortados con forma de bóveda) la elección de unos o otros no resulta determinante y dependerá del gusto de cada persona.