Aunque os pueda sonar vulgar o poco educado, escupir en exceso puede ser algo beneficioso para la salud bucodental. Seguid leyendo para descubrir los motivos:
Producir saliva es señal de buena salud. “Cada día, generamos entre 1 y 2 litros; y cada minuto, se segregan al menos 0,5 mililitros», explica el doctor Javier González: “Cuanta más saliva tenemos, mejor salud bucal, mayor protección de nuestros dientes, de nuestras mucosas y del aparato digestivo». La Universidad de Aarhus(Dinamarca) relaciona incluso la cantidad de secreción que traga una persona (porque fabrica más cantidad) con su dicha. «Contiene una sustancia que se sintetiza de forma natural por las glándulas salivales, se llama opiorfina, se vincula a la felicidad y es más potente que la morfina», dicen las doctoras Vilavoa.
Además, según la revista médica Plos, la saliva protege nuestra boca y estómago si nos damos un atracón de comida mexicana. «Las glándulas salivales se ponen marcha cuando ingerimos alimentos picantes o con ardor para el estómago», sentencia el estudio. Así las cosas, ¿para qué arrojar un líquido tan preciado fuera de nuestro organismo? Definitivamente, no hay excusa.
Al comenzar a realizar ejercicio físico intenso, por ejemplo, se producen unos cambios fisiológicos que conllevan una mayor producción de secreciones (ya sea saliva o, generalmente, moco nasal) y eso condiciona que en vez de deglutirlos por ser muy espesos, se tienda a escupirlos”, prosigue el experto. “Otras teorías afirman que el aumento de frecuencia respiratoria unido a la taquicardia hace que la mucosidad presente en la vía aérea del deportista aumente como medida de protección», comenta González Lagunas. «Al expulsarla, perdemos líquidos”, apostilla Casqueiro.
Fuente: El País