La historia de la pasta dental es larga y no tan higiénica como podemos pensar. La noticia más antigua que tenemos sobre la salud y estética dental proviene de los egipcios.
- Los primeros intentos fueron una pasta compuesta por polvo de sal, piedra pómez pulverizada, uñas de buey, cáscara de huevo, agua, mirra, pimienta, hojas de menta, iris y flores.
- Grecia y Roma continuaron la saga con la invención de enjuagues bucales a base de orina humana. En el s. I. Escribonius Largus, médico del emperador romano Claudio, creó una pasta dentífrica a base de miel, vinagre, sal y cristal muy pulverizado.
- Las mezclas fueron continuándo, por ejemplo, en China empleaban un compuesto a base de espinas de pescado.
- Por su parte, los árabes durante la edad media incluían raíces, arena y piedra pómez pulverizada, para hacer una especie de pasta de mascar.
- La cultura Maya mezclaba elementos de origen con funciones eran anestésicas, anticaries y antisépticas.
- Durante el s. XVIII se comenzó a comercializar el dentífrico y en el s. XIX, Peabody, un dentista británico añadió jabón.
- Sería en el s. XX cuando en Estados Unidos comenzaron a añadir flúor a los dientes.