Aunque ya ha finalizado el verano, no hace mucho que las vacaciones han finalizado para casi todos. La vuelta al trabajo implica el consiguiente momento de estrés en el que nuestro cuerpo comienza a tener secuelas.
Y entre esas secuelas se encuentra también nuestra dentadura. El estrés puede hacer mucha mella en dientes y mandíbula con problemas como el bruxismo, aftas, caries o halitosis.
Muchos hábitos en esos momentos de estrés como beber, fumar y alimentarse mal afectan a la salud bucodental, así como la presión de los dientes también provoca una sensibilidad en la boca ya que los dientes están hechos para recibir esa presión y pueden llegar a, incluso, perderse órganos dentales.
Llegados a este punto sin duda el mejor tratamiento para evitar desgastar nuestra boca y dentadura es cortar de raíz el estrés, bien sea con ejercicios de relajación, terapia psicológica o cualquier otra técnica. En cualquier caso es adecuado acudir a un especialista odontológico que haga su diagnóstico y a partir de ahí tomar las medidas pertinentes.