
La higiene bucal es un tema tan importante que ya desde tiempos prehistóricos ya existían indicios de que se llevase a cabo.
Concretamente, podemos hablar de los griegos, los cuales utilizaban ramas en forma de lapiza con el extremo blanco y fibroso.
SI nos trasladamos al mundo islámico encontramos el Miswak, de una planta llamada Arak y que se conocía comúnmente como el árbol del cepillo de dientes.
Viajando a China tenemos la referencia de la creación de los primeros cepillos de dientes tal y como los conocemos actualmente. Se utilizaban cedas de caballo, jabalí, cerdo… y mangos de hueso de buey o bambú, marfil y madera.
Allá por el año 1600, el cepillo de dientes llegó a Europa de la mano de los mercaderes ingleses que viajaron a China, pero no triunfaron ya que las cerdas de esos cepillos resultaban duras y provocaban daño en las encías. Además, no existían la necesidad de utilizarlo a diario ya que se limpiaban la boca con palillos que estaban realizados con plumas de ganso o metal de oro o plata.
En la próxima entrega concluiremos con la historia de nuestro preciado cepillo de dientes.