
Es muy recomendable aumentar la protección de nuestros dientes durante los meses de verano, ya que la estación más calurosa del año podría afectar a nuestra salud bucodental. ¿Quieres saber de qué forma?
Durante estos meses cambiamos las rutinas, nos vamos de viaje… y nuestros dientes lo notan. Lo primero que debemos tener en cuenta son los productos fríos que tomamos de forma más habitual, y es que la temperatura es un factor de riesgo que puede producir un alto nivel de sensibilidad dental.
Por otra parte, pasar demasiado tiempo en la piscina también puede ser perjudicial, ya que los productos químicos pueden manchar nuestro esmalte. Si para refrescarnos consumimos refrescos carbonizados y ácidos también hay que saber que pueden provocar la descalcificación del esmalte dental de forma prematura. Lo mismo pasa con la tendencia a consumir en verano productos azucarados como los helados, que pueden provocar erosión del esmalte y caries.
Ten precaución en la práctica de deportes, como por ejemplo el buceo o los deportes de contacto, ya que es en verano cuando más traumatismos y pérdidas de dientes se producen. Esto mismo se puede aplicar al hecho de abrir cosas con los dientes, ya que no se deben utilizar más que para masticar.